Mi padre una vez me contó, de un libro de texto de pociones y hechizos avanzados, tuvo que deshacerse de él porque le causó muchos problemas en su 6to año en Hogwarts, fue así que lo dejó guardado en la sala de los menesteres. Aquello despertó mi curiosidad y decidí ir a por él. Una vez con el libro en mis mano, me pasé toda una noche leyendo su contenido, cuando descubrí un hechizo muy interesante, lo cual me trajo hasta aquí, la mansión Mansión Butler, una mansión que según se dice, está abandonada y protegida por un hechizo para que nadie pueda entrar ni salir. Bien, eso cambiaria ahora. Tomé el libro y busqué la página que me interesaba, el hechizo para deshacer la magia que protegía esta gran casona. Tomando mi varita con mi mano derecha, tomé el libro con la izquierda y ejecuté el hechizo que leí en él; mirando con expectación su efecto pude notar que una fina tela, cuya presencia no me había fijado hasta que la vi desaparecer se movía como tela de seda.
_ Bien, Al… aquí vamos
Me dije a mi mismo entrando por la puerta cuya cerradura no estaba cerrada. Corrí hacia el pórtico y me acerqué a la puerta
_Alohomora
Susurré e ingresé a la gran y oscura mansión una tarde de invierno donde sólo se podía hacer lo que quisieras sí estabas aburrido en unas largas vacaciones